viernes, 15 de diciembre de 2006

matrivorcio

"El matrivorcio".
Se ha escrito y hablado mucho sobre el matrimonio y el divorcio en todas partes. Como mismo no se abolirá el matrimonio tampoco desaparecerá el divorcio. Son antagónicos, pero no pueden estar uno sin el otro. Mi enfoque es el siguiente que ambos son como la unidad dialética "unidad y lucha de contrarios", donde empieza el uno, termina el otro. Si analizamos al matrimonio como un contrato, si es indefinido por lo civil(para toda la vida) y blindado por la iglesia( no acepta al divorcio). Mi propuesta hipotética es para mejorar la calidad de vida de ambas personas, que se eviten muchos males peores por todos conocidos. Es hacer un contrato temporal flexible a plazos cómodos renovables por 5 años, donde los conyuges hacen un repaso-revisión de esos años vividos y si ven que la relación es fructífera- recíproca y válida, entonces continuarían con el matrimonio por otros 5 años más y así sucesivamente. En caso contrario que las cosas vayan mal, pues que exista incompatibilidad de caracteres, pues se renuncia a ese contrato y así evitarían malos tratos y tragos, abogados, ruínas, riñas sin sentido y entonces sería un divorcio sinflictivo, en vez de conflictivo, y sería más sano para los dos, incluso a veces por el bien de los tres y donde exista menos daños a terceros (aquí me cabe la cita de Alejandro Dumas hijo: la cadena del matrimonio pesa tanto que es preciso sean dos para llevarla, y, a veces tres.
¿La tumba del amor? O el matrimonio tiene que ser un zapato cómodo.
Por ejemplo el psiquiatra Jorge Rodríguez plantea que en muchas ocasiones, la pareja va transitando por etapas que la llevan insensiblemente al deterioro. Esta evolución la divide en 4 etapas.
1ª etapa: Noviazgo y primer período del matrimonio.
Amor intenso, sexo y unión estrecha, comparten intereses y obligaciones. Tienen vida social activa y con pocas contradicciones.
2ª etapa: Matrimonio en su maduración (período de meseta).
Amor y sexo aún satisfactorios, pero menos intenso y frecuente. Aparecen las obligaciones y rutinas del hogar. Disminuye la vida social. Se diferencian las obligaciones y tareas de cada uno, que se cumplen por separado. Tienen contradicciones frecuentes y pueden aparecer o no los hijos.
3ª etapa: Declive.
Amor que en el mejor de los casos pasa a ser fraternidad. Sexo no satisfactorio. Poca vida social que es sustituida por un estilo de vida rutinario y que tiene como centro el hogar y los hijos. Contradicciones.
(El final de esta evolución puede ser: la convivencia fraterna y puede haber contradicciones y riñas insoportables con infidelidad de algunas partes.
En ambos casos, el matrimonio está condenado aún cuando se mantenga por determinadas razones. Por supuesto, estamos convencidos de que puede existir un final feliz: "amor eterno y felicidad"
Actualmente que sea aceptado el matrimonio gay, me imagino que en un futuro también querrán que sea matrominio gay por la iglesia.
Escritores y filosófos de otras épocas han reflexionado sobre el mismo por ejemplo Molière: el matrimonio es una cadena a la cual no se debe ligar a nadie violentamente.
Honoré de Balzac que escribió el matrimonio debe combatir sin tregua un monstruo que todo los devora la costumbre.
Groucho Marx : no es la política la que crea extraños compañeros de cama, sino el matrimonio.
Frase anónima: el amor es un jardín florido; y el matrimonio es el mismo jardín, en el que han nacido ortigas.
El antropólogo Paul Bohaman, especializado en el matrimonio y el divorcio, describió los siguientes tipos de separación, que se producen en el momento del divorcio.
-divorcio psíquico: en este tipo de divorcio se abandona el objeto del amor y sobreviene la reacción de duelo por la muerte de la relación. A veces se inicia un período de luto anticipatorio anterior al divorcio. La separación del cónyuge fuerza al individuo a ser autónomo, a cambiar desde una situación de dependencia. La separación puede ser difícil de completar, sobretodo si los dos se han acostumbrado a depender uno del otro (como es normal en los matrimonios) o si uno de ellos es tan dependiente que se siente asustado o incapaz de hacerse independiente. La mayoría de las personas experimentan sentimientos de depresión, ambivalencia afectiva y cambios de humor durante el divorcio. Los estudios indican que la recuperación del divorcio requiere unos dos años; entonces, el exesposo puede ser visto con neutralidad y cada uno de los cónyuges acepta su nueva identidad como solteros.
-divorcio legal: este tipo de divorcio implica acudir a los tribunales para que cualquiera de los miembros de la pareja pueda volver a casarse. El 65% de las mujeres divorciadas y el 80% de los hombres divorciados se casan otra vez a los tres años del divorcio. El divorcio de mutuo acuerdo, en el que ninguna de las partes se considera culpable, es el mecanismo legal más habitual en la actualidad.
-divorcio económico: los mayores conflictos surgen por la partición de las propiedades entre los cónyuges y la pensión económica de la esposa. Muchos hombres no cumplen la obligación legal de pasar la pensión establecida por el juez para la esposa y para el mantenimiento de los hijos, ocasionando un grave problema social.
-divorcio de la comunidad: la red social de la pareja divorciada cambia de forma considerable. Se conservan algunos amigos y se hacen otros nuevos. La tarea de hacer nuevos amigos suele resultar difícil para los divorciados, que pueden darse cuenta del grado de dependencia de su pareja en los asuntos relativos a los intercambios sociales.
-divorcio coparental: es la separación de un padre de los hijos del otro. Ser padre o madre estando separado es distinto que ser padre o madre estando casado. Habitualmente los hijos quedan bajo la custodia de la madre, convirtiéndose así el padre en un "padre periférico".
El divorcio es considerado una de la crisis más importante de la vida adulta. A menudo, cada uno de los cónyuges crece, evoluciona y cambia de distinto modo; uno de ellos puede descubrir que su pareja no es la misma que cuando se conocieron. Lo cierto es que los dos han cambiado y evolucionado de forma diferente. Con frecuencia, uno de los cónyuges acusa a una tercera persona del deterioro del afecto y se niega a analizar su responsabilidad en los problemas matrimoniales. Ciertos aspectos del deterioro matrimonial y del divorcio parecen relacionarse con elementos específicos de la etapa adulta intermedia: la necesidad de cambios, la disposición a actuar con responsabilidad o el temor a enfrentarse a uno mismo. Algunos hombres y mujeres empiezan a sentir el deseo de experimentar lo que consideran la última oportunidad de vivir algo que sienten que se ha perdido.
El divorcio tiende a repetirse en las familias y es más frecuente en las parejas casadas antes de los 20 años o que proceden de entornos socioeconómicos distintos. Cada matrimonio es psicológicamente único y lo mismo ocurre con el divorcio. Si lo padres de una persona se divorciaron, ésta puede resolver su problema matrimonial de la misma manera, mediante el divorcio.
Las expectativas de un esposo pueden ser irreales: uno de los cónyuges puede esperar del otro que actué como una madre generosa o como un padre protector. La experiencia como padres es el mayor factor de tensión en el matrimonio.
Otros motivos del conflicto matrimonial son los problemas sexuales y económicos. Las dos cosas pueden utilizarse como herramientas para controlar y el negarse a tener relaciones sexuales o dan dinero es un modo de expresar la agresividad. Actualmente hay ahora menos presiones sociales que antes para mantener el matrimonio, por ejemplo la facilitación de los trámites del divorcio y la menor influencia de la religión y de la familia han convertido al divorcio en una opción aceptable en la actualidad.

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